Eirik Navarro (32 años, grado medio en Panadería, Repostería y Confitería) y Hodei San Buenaventura (30, grado medio en Panadería, Repostería y Confitería), lo tenían claro: querían forman su propia empresa. Para ello, unieron sus talentos y crearon Choc Arte, una chocolatería confitería artesanal ubicada en la calle Bengoetxea de Donostia-San Sebastián y que destaca por ofrecer a su clientela productos personalizados.
LOS INICIOS
Hodei realizó prácticas en la pastelería Ortzadar de Pasaia y, posteriormente, trabajó seis meses en Otaegi, experiencia a la que hay que sumar una estancia junto a Eirik en el Taller de Chocolate Capricho de Zaragoza adiestrándose en el manejo del chocolate.También realizó el curso de iniciación al emprendimiento en Fomento San Sebastián y, a continuación, en Gazte Enpresa de Laboral Kutxa le ayudaron en la primera fase de creación de la empresa. En ese momento se incorporó al proyecto Eirik, quien había trabajado dos años en Casa Aramendia, de Donostia.
“En cuanto salimos de Cebanc ya teníamos la idea de emprender. En el centro, además, cursamos un módulo de emprendimiento que sirvió para abrirnos los ojos y entender que el emprendimiento es una oportunidad real”, afirman.
LA CHOCOLATERÍA
¿Por qué una chocolatería? “Vimos que, en San Sebastián, pastelerías había muchas; pero chocolaterías, no tantas. El chocolate, además, es un producto que le gusta a todo el mundo y que da mucho juego”, señalan Eirik y Hodei. “En Donostia hay chocolaterías de calidad, pero pensamos que podríamos hacer algo diferente, aportando más variedad”, añaden.
Choc Arte abrió sus puertas en abril del 2019 en forma de cooperativa y con una idea clara: sorprender al cliente con las personalizaciones. “Nos diferenciamos de la competencia por nuestro amplio abanico de personalizaciones, en cuanto a formas, tipos de figuras, esculturas y presentaciones…prácticamente no tenemos límites a la hora de ser creativos con el chocolate como materia prima”, afirman los creadores de Choc Arte. Basta con echar un vistazo a las vitrinas del establecimiento y la presencia de todo tipo de figuras, como zapatos, muñecos, dragones o una familia Adams de chocolate confirman que es verdad lo que dicen.
En este establecimiento utilizan varios tipos de chocolate: básicos (blanco, leche y negro), chocolate sin azúcar (con el que elaboran trufas y bombones); blanco con caramelo y chocolate rosa natural, elaborado a partir de un cacao con una fermentación y un molido especial. A éste último, de sabor afrutado, se le conoce como la cuarta generación del chocolate. Incluso han diseñado unos puzzles en los que están presentes los cincos tipos de chocolate que se venden muy bien como artículo de regalo.
Aunque en Gipuzkoa hay varios enclaves de gran tradición chocolatera, como Mendaro, Tolosa u Oñati, la capital no ha sido, hasta ahora, un lugar especialmente chocolatero. Tras unos pocos meses abierto, Choc Arte empieza a hacerse un nombre en la ciudad e incluso ha llamado la atención de varios medios de comunicación.
De cara a ir mejorando día a día y posicionarse un paso por delante, Eirik y Hodei siguen de cerca todo lo que ocurre en la Chocolate Academy de Vich, centro especializado en la elaboración de figuras con chocolate.
PERFILES COMPLEMENTARIOS
Eso sí, a la hora de crear un negocio, es importante la complementariedad de los miembros de la empresa. Así, según explica su profesor Xabier Zaldua, “Eirik tiene más mano con el chocolate, domina más la parte artística. Hodei, por su parte, es el que ha llevado la mayor parte del trabajo en el proceso de creación de la empresa”.
Eirik, además, se maneja bien en inglés y francés y es “mejor vendedor”, porque ya tiene experiencia anterior de cara al público. Aunque el turista extranjero supone una parte muy importante del conjunto de la clientela, el cliente local supone más de la mitad. “Lo que hemos notado es que, el que prueba, repite. Por ejemplo, el turista que compra un vez el producto, luego vuelve el último día para llevarse a su casa un recuerdo en forma de chocolate”.
Lo más importante, según recalca Xabier Zaldua, es que “ambos son muy trabajadores y hará todo lo posible para que el negocio salga adelante”. Son conscientes, además, de la actitud que es necesaria a la hora de defender una idea de emprendimiento: “hace falta paciencia, perseverancia, concienciarte de que no es un trabajo de 8 horas diarias, por lo menos al principio. Hasta las obras las hemos hecho nosotros. Es tu negocio, y si no luchas por él…”, señalan Hodei y Eirik.
Esperamos que Eirik y Hodei acierten con este proyecto que ha arrancado con buen pie y sigan, por muchos años, endulzando nuestros paladares y sorprendiéndonos con sus increíble creaciones.