Aritz Etxebeste (Irun, 31 años) estudió el ciclo superior de Gestión de Alojamientos Turísticos en Cebanc y ahora trabaja de recepcionista en el hotel Arbaso de Donostia.
- ¿Por qué escogiste el ciclo de Gestión de Alojamientos Turísticos?
Yo empecé el grado universitario de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, pero llegó un momento en que llegué a un tope y sentí la necesidad de cambiar. Un amigo me recomendó la especialidad de Turismo en Cebanc y, como era algo que me gustaba, dejé la carrera y me matriculé en Gestión de Alojamientos Turísticos. Pasado un tiempo, ahora mi intención es terminar la carrera que empecé, de la que me quedan ocho asignaturas.
- ¿Y por qué en Cebanc?
Enseguida me di cuenta de que acerté al escoger Cebanc. Me encontré, desde el principio, con un grupo de profesores, alumnos, y luego amigos, que me motivaron desde el primer momento.
¿Cuáles son, en tu opinión, las señas de identidad del centro?
Te enseñan a adaptarte. Si tú te dejas orientar, te van a orientar siempre hacia el mundo laboral y para ello te van a dar las herramientas adecuadas. Pero en Cebanc no solo forman profesionales, se centran en la persona en todos los ámbitos de su vida. Te enseñan a saber estar ante la vida, a tener valores. Si veían algo que estábamos haciendo mal, enseguida nos preguntaban si pensábamos si esa era la forma en la que nos comportaríamos en el mundo laboral, para que nos diéramos cuenta.
Fuerte conexión alumnado-profesorado
¿Cuáles son la principales ventajas de Cebanc?
Te ofrecen una foto lo más aproximada posible de lo que va a ser tu vida laboral, para aprender a enfrentarte a las próximas etapas de tu vida con las herramientas necesarias. Y la conexión del profesorado con el alumnado es muy fuerte, aún es el día en que se preocupan por cómo me va.
Cuéntanos un poco cómo es el ciclo de Gestión de Alojamientos Turísticos.
En el primer año te hacen un acercamiento muy completo al sector, y hay que decir que el profesorado es magnífico, cuenta con una perspectiva muy detallada del sector. Trabajar en Turismo, al contrario de lo que mucha gente piensa, es mucho más que aprender idiomas. Te enseñan muy bien, con calidad y dedicación, lo que es la atención al público y el lado práctico del alojamiento turístico.
Tuviste ocasión de realizar prácticas en el extranjero, ¿no es así?
Sí, en un principio hice una solicitud para hacer un periodo en formación dual, pero no pudo ser y solicité prácticas en el extranjero. Fue una suerte porque salió muy bien, fue un experiencia vital muy interesante. Estuve tres meses en un hotel de Bolonia de 4 estrellas especializado en turismo de empresa y de ferias.
Y luego ya empezaste tu trayectoria laboral.
Sí, tras repartir currículums por todo Donostia, ya que te inculcan esa actitud de que hay que moverse uno mismo y luchar, me contrataron en Irrisarri Land, Resort Rural y Parque de Aventuras que está ubicado en Igantzi, Navarra. De allí pasé al hotel Zenit San Sebastián, donde estuve tres años, y desde hace pocos meses trabajo en el Hotel Arbaso, también en Donostia. Pero en estos momentos, debido a la situación de alarma que estamos viviendo, estoy en casa, en situación de ERTE.
Un sector que aporta mucho
¿Crees que la pandemia marcará un antes y un después en el sector?
Va a cambiar cosas en la vida general y en las relaciones personales. En mi trabajo habrá cosas relacionadas con el factor humano que cambiarán, las distancias entre personas y algunas formas de actuar.
¿Eres optimista?
Sí, soy precavido pero optimista. Es un sector que aporta mucho al PIB y que apoya a muchos tipos de economía. Tendremos que adaptarnos y desarrollar otros tipos de contacto y de valores humanos. Aprender a captar a la persona y a ser un buen anfitrión, ofreciendo al turista experiencias de intercambio cultural personalizado, adaptando la visita a las necesidades y expectativas de cada uno. Trabajaremos desde la cercanía, con goxotasuna, para que el visitante se lleve una imagen de Donostia y sus alrededores amplia y profunda.